Es excelente buscar ayuda. De igual manera somos entes sociables y nos necesitamos uno a otros. Pero tu vida es única y sólo tú con la ayuda de Dios puedes hacer algo con ella.
Como creyente tengo en la puerta de mi habitación un cartel que cita el Salmo 91:1-2. No tengo duda en mi corazón que el auxilio y fortaleza me le ofrece el Hacedor Creador. Pero, tampoco puedo con mi pensamiento y acciones menospreciar que El Todo nos dio en su perfecta voluntad las herramientas para que cada persona sea responsable de su vida.
Por tanto eres directamente responsable de lo que haces con el fin de vida. Eres responsable principalmente de tu cuerpo y mente. Nadie sino tu tiene el control de se salud mental y emocional. Lo externo no lo puedes controlar. Pero como reacciones, lo que haces, no haces; dices o no dices sólo es responsabilidad tuya.